¿Quién está atrás de este centro cultural?
Somos Mónica y Gabriel, dos locos que un día tuvieron la idea de crear un centro cultural. Pero claro, no siempre fue así. Antes de Luzuriaga, nos dedicábamos al turismo alternativo.
Gerenciamos durante 10 años un hotel boutique en Las Cañitas, que poco a poco se fue transformando en una casa de alquiler temporario. Allí conocimos turistas que de típicos no tenían nada: tenían otra forma de viajar.
Los visitantes querían descubrir lugares alternativos junto a guías y locales. Eran familias y jóvenes que buscaban conocer un Buenos Aires real.
Los días que se hacía el recambio de nuestros huéspedes, la casa quedaba desocupada.
Así fue como dos de nuestros hijos, que son músicos, se prendieron a organizar con sus amigos eventos de tango al estilo Jam Sessions.
Nuestros hijos, otra vez, se encargaron de llenar a Luzuriaga de magia. El más chico, Diego, estudia en la Escuela de Música Popular de Avellaneda y gestionó junto a Gustavo y Federico Aranda nuestro primer ciclo de tango: Vinilo Tinto. De a poco, más músicos de la EMPA y otros centros culturales fueron trayendo su música y dieron una nueva identidad a nuestro local.Gustavo y Pitu Fernandez nos acercaron el barrio, el tango y la murga.
Hoy tenemos talleristas que son verdaderos embajadores de la cultura de nuestra ciudad. Una ciudad que a su vez, está en un país y en un contexto del que nos sentimos parte.
Las clases de tango y fileteado nos permiten mantener vivas nuestras tradiciones. Los talleres de la ESI nos rompen la cabeza y nos obligan a repensar nuestros roles de género.
También cocinamos para una organización llamada “Amigos en el Camino”. Repartimos alimentos y escuchamos a gente en situación de calle (que tristemente, cada vez son más). La calidad de la comida es espectacular. No son sobras, y eso nos enorgullece.